En el mes de octubre realizamos una catrina como parte de las actividades de la preparatoria. A mi grupo, el 506, le correspondió elaborar la sección del corset (el top) del vestido. Para comenzar, trazamos el molde sobre papel craft, ya que este material nos permitió definir con precisión la forma que después tendría la tela. Una vez listo el molde, lo utilizamos como guía para cortar la tela y darle estructura. Posteriormente, unimos las piezas cosiéndolas con hilo y, en algunas partes, reforzándolas con grapas para asegurar que mantuvieran su forma.
Mientras tanto, varios compañeros se encargaron de elaborar flores de cempasúchil con papel crepé. Estas flores fueron colocadas cuidadosamente en el vestido para darle color y vida, ya que las catrinas suelen caracterizarse por sus tonos vibrantes y su estilo ornamentado. Cada flor aportó textura y un toque festivo que enriqueció el diseño general.
Además, nuestro salón también tuvo la tarea de arreglar una flor de cempasúchil que la catrina sostenía en su mano izquierda. Para hacerla más llamativa, le colocamos pequeñas luces que daban la impresión de que se encendía, creando un efecto visual muy atractivo durante la exhibición.
Los demás grupos participaron realizando las otras partes del proyecto: unos trabajaron en la elaboración de la falda, mientras que otros se encargaron del sombrero, complementando así la figura final. Gracias al esfuerzo conjunto, la catrina terminó siendo una creación vistosa y representativa de la festividad, donde cada detalle reflejó la colaboración y creatividad de todos los participantes.
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